CRECIMIENTO ECONÓMICO PARAGUAYO Y RECURSOS NATURALES
Ante estas situaciones me pregunto: ¿qué se debe hacer para que esta bonanza en la economía se traduzca en un mayor desarrollo a nivel nacional?
Obviamente tres años de crecimiento no son suficientes para convertir al Paraguay en un país desarrollado. La cuestión no es esa. Lo que se busca plantear es saber aprovechar las oportunidades que se generarán en ese período para avanzar hacia una mejor situación a corto y largo plazo.
Afortunadamente para responder estas cuestiones se cuenta con una sólida teoría económica que expone las recetas que deben aplicarse para dirigir una nación a mayores niveles de desarrollo. Paul Samuelson (Premio Nobel de Economía 1970) aconseja actuar en cuatro frentes: los recursos naturales, los recursos humanos, la formación de capital y el cambio tecnológico e innovaciones.
En cuanto a los recursos naturales, el mencionado autor afirma que la tierra se presenta como el recurso natural más importante para un país en desarrollo. Por ello aboga por un uso adecuado de la misma cuidando todo lo que se refiere a la conservación, uso de fertilizantes y cultivo propiamente dicho. También se preocupa por la propiedad de la tierra argumentando que cuando el agricultor es dueño de la tierra tiene mayor incentivo para invertir en capital y tecnología y así aumentar la productividad de la misma.
Observando el caso Paraguay, país con suelo abundante y fértil, sugerimos fuerte apoyo a los productores del campo tanto los grandes como los pequeños brindando estabilidad política y seguridad jurídica, impuestos razonables, créditos accesibles, política exterior que procure mayores oportunidades de negocios y por último, tal vez la más difícil de todas las tareas, una distribución más equitativa de la tierra.
En este punto tal vez muchos se pregunten: si se sabe qué hacer por qué no se hace. Esa ya no es una cuestión económica, es una cuestión política y como tal, dentro de una democracia como la nuestra, debe resolverse en el marco de las urnas pero aún esta sencilla premisa tiene sus serias complicaciones.