El Niño: características y efectos
(Prof. Milagro K. Páez)
El fenómeno climático El Niño tiene consecuencias importantes en las condiciones climáticas de muchas partes del mundo.
Este año el fenómeno empezó en junio o julio y según predicciones de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM) continuará hasta el primer trimestre de 2010.
El Niño se caracteriza por un calentamiento de la temperatura de la superficie y subsuperficie del océano Pacífico tropical o ecuatorial en las zonas central y oriental.
Fue bautizado así en el siglo XIX por pescadores peruanos que notaron sus efectos durante la Navidad. Se presenta con una frecuencia que varía entre dos a cinco años.
El período de mayor intensidad de El Niño se registró entre los años 1997 y 1998 cuando la temperatura del agua aumentó 5º C, mientras que el presente episodio del mismo se califica entre débil y moderado con aumentos que van de 0.5º a 1º C.
Entre las zonas más afectadas por el Niño destacan el sur y el este de Asia, donde las sequías serán más intensas debido al debilitamiento de los vientos húmedos o monzones. La sequía en el este de África también se agravará. Además, las sequías se extenderán por las llanuras australianas mientras que Europa no será afectada.
En cuanto a América Latina, es probable que esta vez el fenómeno no cause los perjuicios que dejó en 1997, sin embargo, los países de esta región están alertas ante la reaparición del fenómeno. Las mayores precipitaciones en ciertas regiones de Argentina y Brasil perturban las cosechas y suelen causar mortíferos aludes de barro.
En el caso específico del Paraguay, El Niño se caracteriza por lluvias de diversa magnitud e intensidad y al mismo tiempo la temperatura tiene una tendencia a ser más alta debido a la prevalencia de humedad en el ambiente.
No se dispone de previsiones útiles para después de marzo de 2010. Las posibilidades de que luego de esa fecha se dé un episodio de El Niño o La Niña o unas condiciones casi neutras son una mera cuestión de estadística climatológica.
Finalmente, El Niño también tiene un lado positivo, por ejemplo: debido a la presencia del fenómeno la temporada de huracanes que nacen en el océano Atlántico ecuatorial y se desplazan hacia el Caribe y América del Norte será más débil. En el mismo sentido, procura precipitaciones invernales benéficas en el suroeste árido de Estados Unidos y reduce los riesgos de incendios en Florida.
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